9 de mayo
El jueves 9 de mayo se congregan más de 250 colectivos en el municipio de Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, para celebrar la Unificación de Familias Buscadoras en todo el país. El evento reúne a representantes de los colectivos de búsqueda de diversos puntos de México, marcando un avance en el esfuerzo conjunto por la búsqueda de verdad y justicia en los casos de personas desaparecidas.. Durante el evento, se delinean estrategias y se establecen vínculos de colaboración entre los participantes, con el objetivo de consolidar un movimiento nacional coordinado en esta causa fundamental..
En el encuentro, se visibiliza la realidad que enfrenta México, con cifras que evidencian la magnitud del fenómeno de la desaparición. Existen más de 116 mil personas desaparecidas, del 1 enero de 1962 al 30 de noviembre de 2023, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas y más de 52 mil personas fallecidas sin identificar según un informe publicado por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México en 2021. Las familias y colectivos presentes en el evento recuerdan a sus seres queridos ausentes, también alzan su voz en una carta abierta dirigida al presidente López Obrador, en la que exigen un compromiso real y efectivo para abordar esta crisis de derechos humanos. Lejos de permitir que sus tragedias personales sean utilizadas como instrumento político, las madres y familias demandan un diálogo genuino y acciones concretas por parte de las autoridades.
Posterior a este evento, madres y familias de personas desaparecidas se reúnen en el Monumento a la Madre para conmemorar a sus seres queridos ausentes. Esta reunión, antesala de la marcha programada para el 10 de mayo, es un punto de encuentro para los más de 86 colectivos de búsqueda procedentes de diversas regiones de México, así como los de Honduras, Guatemala y El Salvador, representados por la Red Regional de Colectivos Migrantes, quienes buscan a sus familiares desaparecidos en México.., Todos bajo el estandarte del Movimiento por Nuestras Personas Desaparecidas.
Foto de Hector Guerrero para EL PAIS.
Decenas de retratos de cartón, cada uno representando a un ser querido desaparecido, son dispuestos junto a veladoras y flores, dando forma a un árbol de vida y memoria que cobra significado en la oscuridad de la noche. Este acto simbólico no solo recuerda a los ausentes, también evidencia el vacío dejado por aquellos seres queridos que han partido sin que se encuentre respuesta sobre su paradero.
La lista de personas desaparecidas, leída en honor a cada una de ellas, resuena como un eco de la tragedia que atraviesa innumerables hogares en todo el país. En este acto de homenaje, se evidencia la dimensión humana detrás de las frías estadísticas, recordando que cada nombre en esa lista representa una historia truncada, familias destrozadas y una lucha incansable por la verdad y la justicia.
La reunión del jueves 9 de mayo no solo es un acto de conmemoración, también un llamado urgente a la acción. La omisión de las autoridades en la investigación de las desapariciones y la falta de resultados concretos son denunciadas, dejando al descubierto la incertidumbre que preocupa a quienes viven en la incansable búsqueda de sus familiares.. En un país marcado por la violencia y la impunidad, las madres y familias de personas desaparecidas alzan su voz en unidad, reclamando justicia y verdad en un contexto donde la indiferencia estatal sólo profundiza su sufrimiento.
10 de mayo
El 10 de mayo, tras la velada de la noche anterior donde familias y colectivos recordaron a sus seres queridos desaparecidos, la jornada continúa con la movilización nacional de La Marcha Nacional de Madres Buscadoras. Esta movilización reúne a más de 250 colectivos de búsqueda de todo el país en la Ciudad de México. Aunque la movilización principal se lleva a cabo en la capital, también se registran protestas en varios estados de la república, como Nayarit, Jalisco, Puebla, Colima, Zacatecas, Veracruz y Oaxaca, entre otros. La marcha parte del Monumento a la Madre y concluye frente a Palacio Nacional, donde los colectivos exigen diversas acciones para abordar la crisis de desapariciones en el país, sin que haya habido respuesta.
Foto de Hector Guerrero para EL PAIS.
A lo largo de la marcha, las madres de desaparecidos y otros familiares de víctimas exigen justicia y acciones concretas para la búsqueda y localización de sus seres queridos. Vistiendo camisetas blancas con los rostros de sus familiares impresos, muestran el dolor colectivo que supone la desaparición de un ser querido. Entre las demandas planteadas durante la marcha está la solicitud de recursos y seguridad por parte del gobierno federal para llevar a cabo las búsquedas, y la no criminalización de su labor. Además de la identificación inmediata de más de 50,000 cuerpos y restos humanos , y la adopción de medidas concretas para erradicar la práctica de la desaparición de personas, considerada por el ICRC como aquellas personas de las cuales sus familiares no tienen noticias o cuya desaparición ha sido señalada, sobre la base de información fidedigna.
El Movimiento es un símbolo de resistencia y solidaridad, pero también un recordatorio de la persistente impunidad de este crimen atroz y la necesidad imperiosa de un compromiso real por parte de las autoridades para abordarlo. Mientras las madres y familias de personas desaparecidas continúan su incansable búsqueda, el llamado a la acción y la exigencia de respuestas no se detienen. La Marcha Nacional de Madres Buscadoras y la Unificación de Familias Buscadoras dejó en claro que la lucha por la verdad y la justicia sigue siendo una tarea pendiente en la sociedad mexicana.
Foto de Hector Guerrero para EL PAIS.