El pasado 19 de agosto, Jorge Peniche – director en funciones de JTMX- fue invitado a un conversatorio organizado por la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericano junto a Jacobo Dayán (CCU-Tlatelolco), Ximena Medellín (CIDE-Consejo Asesor JTMX) y Lucía Chávez (CMDPDH). La mesa de diálogo versó sobre cómo lidiar con la impunidad de las atrocidades y las violaciones a derechos humanos. En su participación, Jorge agradeció a la Universidad Iberoamericana por permitirle intercambiar conocimientos con su alumnado en la materia de justicia transicional, y al mismo tiempo, reconoció la importancia de que hoy en día existen maestrías, especializaciones, foros y conversatorios sobre derechos humanos.
Agregó que sería extraño que un juzgador local fuera reacio al derecho internacional, pero subrayó que esas «reglas del juego» no han funcionado de esa manera hasta el avance de precedentes constitucionales como el caso Radilla Pacheco en 2011. Por lo tanto, añadió, la pregunta crucial es entender cómo a pesar de los diseños institucionales sobre derechos humanos en México no se ha podido limpiar una historia pasada y presente de atrocidades. Jorge comentó también que la respuesta a dicha interrogante yace, en parte, en el derecho y, a la vez, fuera de él. Particularmente porque el derecho es el triunfo de la razón sobre el arbitrio del poder, pero es difícil que las instituciones por sí solas puedan atemperar y disciplinar las violencias.
Jorge también comentó acerca de las falacias alrededor de la justicia transicional, centrándose en mitos sobre sus mecanismos. El primero es el de los mecanismos extraordinarios: «Lo ordinario no sirve, necesitamos mecanismos y soluciones extraordinarios». Sobre este primer punto, señaló que aquellos países que han hecho esfuerzos previos para «hacer posible la justicia» no estaban ocupados en si nombraban estos procesos como «justicia transicional», sino que la práctica les permitió construir una demanda de lucha contra la impunidad. Como segundo punto, remarcó que todo modelo de justicia transicional tiene principios que le permiten avanzar hacia la rendición de cuentas: reconocer a sujetos portadores de derechos, buscar la reconciliación en la comunidad política y el Estado de Derecho.
Asimismo, indicó que cuando se voltea a ver a otros procesos de justicia transicional siempre se corre el riesgo de verlos como «resultados monolíticos», lo cual es incorrecto porque todos los procesos de JT se han fundado en aproximaciones sucesivas, ninguno ha cumplido con todos los estándares internacionales y su evaluación debe ser más problematizada. Jorge explicó que en el caso de México es necesario que desde el derecho comparado sean impulsadas metodologías más robustas, y que las personas que se dedican al derecho no son las únicas con la respuesta.
Peniche remarcó que la respuesta a las dinámicas de violencia no están en el derecho, que otras disciplinas como la ciencia política, la historia y la antropología se han hecho cargo de buscarlas. Sin embargo, comentó que a partir del derecho es posible evaluar estas metodologías pero resulta complicado hacer aproximaciones robustas y articular mecanismos de comprensión y causalidad.
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