Tras el Diálogo Nacional por la Paz en la ciudad de Puebla, se presentaron los resultados a través del documento denominado «Agenda Nacional de Paz». Este documento se gestó a partir de 1000 Conversatorios por la Paz y 50 Foros Justicia y Seguridad, con la participación de más de 20 mil voces. La comisión de expertos en temas de tejido social, seguridad, justicia y cárceles fue la encargada de construir esta Agenda, con el objetivo de abrir horizontes de justicia y paz en este momento crítico de la historia de México.
La Agenda propone un cambio esencial en la conciencia colectiva, alejándonos de una cultura de violencia para abrazar una cultura del cuidado que reafirme el valor de la vida, la dignidad humana, la fraternidad y la casa común.
El documento se estructura en cuatro temas centrales: tejido social, seguridad, justicia y cárceles. En el ámbito de la seguridad y la justicia, se aboga por la instauración de instituciones sólidas capaces de salvaguardar los derechos humanos. Se propone alejarse de enfoques punitivos y reactivos, priorizando la justicia restaurativa y soluciones alternativas a los conflictos.
Las fiscalías, tanto a nivel estatal como federal, necesitan una profunda revisión y la adopción de un modelo de procuración de justicia centrado en la prestación de servicios de alta calidad, la garantía de los derechos individuales y la reducción de la impunidad.
Es esencial que las fiscalías brinden atención honesta y profesional a quienes presentan denuncias, con protocolos eficaces para el cuidado de las víctimas y evitando su revictimización.
La Agenda promueve métodos tradicionales de conciliación, mediación y reparación arraigados en las comunidades como procesos preventivos para reducir la carga sobre las instituciones encargadas de la procuración e impartición de justicia.
El trabajo por la paz y la justicia implica estrategias, procesos y sectores interconectados. La propuesta es una Agenda social, integral, inclusiva y de largo alcance, prestando especial atención a los sectores más vulnerables.
Para avanzar con los objetivos, se propone adquirir una comprensión amplia y profunda de las causas y factores que fomentan las violencias. La colaboración y el acercamiento entre las comunidades y los policías municipales son fundamentales, promoviendo un balance adecuado entre prevención y reacción.
La Agenda también destaca el protagonismo de los jóvenes en la construcción de un presente y futuro compartido, apostando por una ética del diálogo que trascienda la polarización y priorice la atención a las víctimas.
Se hace un llamado a distintos órdenes de gobierno, candidaturas políticas, universidades, organizaciones de la sociedad civil, empresarios, asociaciones religiosas y personas de buena voluntad para unirse a las siete acciones clave para la paz en México.
Junto con estas estrategias a nivel nacional, se continuará con los procesos locales mediante oraciones mensuales, Conversatorios para la Acción por la Paz y nuevos Foros Justicia y Seguridad, impulsados por la Red Nacional por la Paz.
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